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viernes, 28 de agosto de 2015

Del Cariño Al Amor Cap. VII


Capitulo VII: Madures


Era ya Enero cuando mis heridas sanaron por completo, solo quedaban un par de sicatrises en mis brazos a causa de los golpes, nada de que preocuparse. Las vacaciones de fiestas terminaban hasta febrero, asi que disponia de tiempo suficiente para reposar y reflexionar, aunque ya no habia nada que pensar, debia de actuar ya, y hablar con John. Desde lo que me dijo en el hospital, no eh podido verle ni a el ni a su hermanita, no me permite explicarle, y estoy seguro de que esta fue una amarga navidad para los dos hermanos. La culpa me carcomia, y la ira causada por mi impotensia y confucion me hacian enloquecer, a tal punto que una fria mañana, despues de una nevada ligera, me decidi a hablar con John, el saldria a una competencia de Karate local, y volveria a eso de las 2:00 pm, por lo que aproveche para ver a Jennifer y disculparme por no haber actuado correctamente.

Llegue a casa de John, pero por mas que toque nadie me abrio, "debieron ir a ver a John" pense, pero estaba seguro de que Jennifer no fue, es una niña algo testaruda y rencorosa, tipico de su edad. Con esto en mente cruce la cerca y rodee la casa para dirigirme a su patio trasero, y tal como pense, ahi estaba. Jennifer se encntraba sentada en una banca, mirando al infinito con una mirada llena de tristesa, y aun que ya no lloraba, se notaba que aun no superaba la decisión de su hermano:

-¿Estas bien Jennifer?- Pregunte algo tímido de su respuesta
-¿Que haces aqui?- pregunto sin inmutarse ni mirarme, seguia con su mirada fija hacia ningun lado- Si John te ve aqui te matara
-Quería saber como estabas
-Y esperaste tres meses para preguntar- Dijo sarcásticamente- Muy lindo
-Escuchame Jenny- Le dije mientras me acercaba- No fue mi intención que todo esto pasara, esto... se salio de mis manos
-Nunca hubo nada real ¿Cierto?- Me pregunto muy seriamente, al mismo tiempo que fijaba su mirada en mi. Podia sentir su penetrante mirada atravesándome, esperando mi respuesta
-Jennifer...
-Solo responde- Me interrumpio

Hubo silencio por uno o dos minutos, mientras buscaba una manera de salir de esta, pero era imposible ya, debia decirle la verdad:

-No Jennifer, nunca hubo nada real
-Todo fue un juego e niños- respondió mientras devolvía su mirada al vacio- John tenia razon, y siempre la tuvo, solo me seguías "el juego"
-Jennifer por favor...
-Desde ahora escuchare todo lo que diga- dijo interrumpiendome de nuevo- asi no sea lo que yo quiero, veo que si lo hubiera escuchado nada de esto hubiera pasado- dijo conteniendo las lagrimas que ya le brotaban, como una represa apunto de estallar- No hubieras jugado conmigo de esta forma, no te hubieran lastimado de esa forma, y esa chica no estaria ahora en prision- Finalmente rompio en llanto- ¡Todo es culpa mia! ¡Soy una tonta!

La culpa hacia que no deseara mas que morir en ese instante, no queria verla llorar, fuera o no algo real lo que paso, la verdad es que tal y como John solo queria para ella lo mejor, yo solo queria verla feliz, algo paternal nacio en mi desde el inicio, y ese paternalismo inmaduro y prematuro, sumado a mi propia inmadures, me llebo a esto, a solo causarle sufrimiento a la pequeña florecita que habia tomado a mi cuidado, aquella pequeña florecita que confiaba todo en mi. Sin poder resistirme a verla llorar, la abrase, tan fuerte como pude, pegando su cabeza a mi pecho y consolándola, tal y como un padre o una madre harían con un hijo triste:

-No llores Jennifer- le dije con una voz tierna, esperando ayudarla- se que es dificil, y se que duele mucho, pero yo soy casi un adulto, y tu aun eres una niña, estaria muy mal estar juntos, y tu aun tienes mucho que hacer, conocer y madurar para poder estar con alguien mas. Es verdad que yo tampoco soy un hombre del todo, pero tu aun estas comenzando a crecer, aun no es tiempo para ti. Estoy seguro, de que cuando llegue tu tiempo, habra alguien muy especial para ti, que sin dudas te hara muy feliz, una mejor persona que yo, y sera capaz de todo por ti. Ya no llores mi florecita, olvida lo que no fue, y recuerda la gran leccion que esta amarga experiencia nos dejo.
-¡Pero yo te quiero a ti Will!- Jennifer grito desconsolada, recargando su rostro en mi pecho, tomando mi camisa intentando soltar su furia- No quiero a nadie que no seas tu, se que soy una niña, y se que esta mal, pero se lo que quiero, y lo que quiero es estar contigo.
-Solo el tiempo dira si fue solo un amor platonico o no- Dije mientras acariciaba su pelo

Estuvo serca de una hora llorando, hasta que finalmente se quedo dormida en mi pecho, se notaba muy cansada, creo que casi no dormia ya, asi que la lleve a su sala, y la recoste en un sofá, sali de la casa y me sente en la banqueta, decidido a esperar a John, pues debía de resolver de una vez por todas nuestro asunto. Y mas rapido de lo que pense, llego la hora, eran 2:30 pm y llego cargando un gran trofeo, ovbiamente había ganado, llego con su madre muy contentos, pero la sonrisa de John se borro inmediatamente me vio, senti el odio y la furia de una fiera, pero logre mantener la calmar y saludarle:

-Que tal, ¿Como te fue?- Pregunte estrechándole la mano
-Bien- Respondió fingiendo una sonrisa- Vencí a los mejores de la ciudad
-Will, que gusto verte- Me saludo la madre de John- Que alegria ver que ya te repusiste por completo, ¿Que haces por aqui?
-Vine a saludar, habia olvidado por completo la competencia de John, pero me decidi a esperar- y aun que mentira, lo dije muy creible, por lo que la madre de John no sospecho nada
-De acuerdo- tomo el trofeo y cosas de John- ire adentro a preparar algo de comer, ¿Te ofresco algo Willy?
-No gracias, ya comi
-Esta bien, los dejare para que platiquen

Entro la madre de Jennifer a su casa, e inmediatamente cambio el rostro de John, y se podia ver en su mirar, que estaba dispuesto a matarme ahi:

-¿Que no te dije que no queria volverte a ver?- dijo muy serio
-Tenia que ver a Jenny- respondi ocultando mis nervios
-No la llames asi- me contesto intentando contener su ira, mientras me señalaba con el dedo- Te ordene jamas volvertele a hacercar, o te mataria
-No puedes decirme que o no hacer John
-Callate- me dijo tomandome por el cuello de la camisa, levantandome del suelo

John era mucho mas fuerte que yo, y sobre todo, el sabía pelear y yo no, debía medir mis palabras si no queria morir:

-Es tu ultima oportunidad- me dijo, casi sin poder contener su rabia- no vuelvas a venir jamas
-Ella pronto dejara de ser una niña John- respondi algo desafiante- no puedes controlarla por siempre, debe poder vivir su vida sin tu intromision
-¡Sierra la boca!- dijo al unisono que me lanzaba al suelo- La protegere cueste lo que cueste, tal y como le prometi a Papá, nunca dejae que un bastardo como tu se le hacerque

John me pateo justo en el estomago, y camino en direccion a su puerta, dejandome tendido en suelo. Estaba muy adolorido, esa patada fue mas fuerte incluso que los golpes de Alicia con esa roca, y no era para menos, llevaba ya años entrenandose. Me logre levantar con dificultad, y antes de poder llegar a su puerta le dije:

-No la volvere a ver mientras este en tu poder su seguridad, pero un día ella sera una mujer, y sea con quien sea, tu no la podras retener, puede que incluso no puedas alejar a ese tipo como me alejas a mi

John se detuvo, volteo, y camino lentamente hacia mi, me miro fijamente a los ojos, y dijo secamente:
-No vuelvas aqui jamas

Y despues de eso caí al suelo, una patada increiblemente rapida por parte de John me dejo tumbado en el suelo. Por mis padres se que John me llevo a casa, diciendo que caminando por ahi resbale y me caí por una pendiente. Mis padres le creyeron, y fingí sentirme agradecido con el, pero ambos sabíamos bien lo que habia pasado, y mas que los golpes, me dolia en el alma saber que no podía volver a ver a Jennifer, y de alguna manera, la extrañaba.

Pasaron seis largos años, tal vez siete, desde ese día; termine mi carrera en psicologia, y mi tesis la escribi inspirado en mi triste experiencia, acerca de la psicologia del amor, y de como influye en la conducta y desarrollo mental de una persona el tan conocido "amor platonico", deduciendole como una etapa indispensable en el sano desarrollo humano. Pero mas que por interes cientifico, queria convencerme a mi mismo que todo esto fue necesario, y que Jennifer esta bien, aun despues de jamas haberla vuelto a ver. Cada día pienso en si esta bien, o en si sera feliz, pues desde que entre a la universidad, perdi todo contacto con John, Frank es el unico del grupo que sigue hablandome, y fue el con quien tuve confiansa de contarle lo que ocurrio, ese triste otoño. De las mil y un charlas que tuve con el, aun resuena en mi cabeza su respuesta a mi pregunta "¿Hise bien?". Con mucha tranquilidad, y confirmándome lo que internamente deseaba con tanto anhelo, me dijo "tienes que volverla a ver". Era diciembre 30, y volvi a casa para ver a mis padres por las fiestas, pero tambien para volverla a ver, supuse que ella también tomaría sus vacaciones para ver a sus padres . Me hacia mil preguntas, "¿habra venido? ¿Se habra quedado en su campus universitario? ¿Se acordara de mi?", todas esas preguntas, y mas resonaban en mi cabeza. Cansado sali esa noche a caminar un poco, estaba todo cubierto de nieve, y aproveche el silencio reinante para relajarme. Finalmente llegue al parque donde estaba la fuente de los deseos, esa fuente que recordaba con sierto cariño. Camine bajo el manto de la noche, hasta llegar a la fuente, cuando vi frente a la fuente a una hermosa chica, de pelo castaño, y con una chaqueta color negro; llevaba una falda gris, y unos mallones. Estaba ahi parada, mirando algo que sostenia en su mano, cerro los ojos un momento, y lanzo una moneda:

-¿Se cumplio tu deseo?- Pregunte, esperanzado de que las conjeturas que había hecho fueran correctas

La chica se sorprendio al oir eso, y rápidamente volteo a verme, una luz brillo en esos hermosos ojos verdes que tanto extrañaba, una lagrima de alegria broto y corrio por su mejilla, hasta caer en su bufanda color azul celeste. Esboso una tierna sonrisa, y me dijo:

-Justo ahora se acaba de cumplir

FIN

miércoles, 26 de agosto de 2015

Amistad (Prologo)

Era una fresca mañana de otoño, las aves cantaban, y los niños de la primaria Jhon Adams en Nueva Edimburgo jugaban en el patio, o casi todos. En un rincon, sola y triste se encontraba una niña de unos 6 años, era su primer día en la primaria, y tenia mucho miedo de hablar con alguien. Un grupo de niños se le hacercan, tres niños del tercer grado se le hacercan con intencion de jugarle una broma, pues mientras la pequeña saca de su lonchera con dibujos de caballos, un sandwich preparado por su madre, aquellos brabucones toman rapidamente su termo con jugo, y comienzan a lanzarcelo entre ellos:
--¡Dejen mi termo!- grito la niña- ¡mi mamá me lo compro!
     Los niños hicieron caso omiso a los gritos de la pequeña, que rogaba le debolviesen su termo, pues si no su madre le castigaria por perderlo. Finalmente se dio cuenta que no se lo darian, y no podia hacer nada, eran tres niños mayores, y ella era solo una pequeña y triste niña, asi que se sento en el suelo a llorar, probocando risa a sus agresores. La niña lloro desconsoladamente mientras los brabucones lanzaban y pateaban su termo en el suelo, sin que nadie intentara hacer nada, pareciera que ni los maestros se interesaban en la pobre niña, que solo queria que la dejaran en paz. La niña estaba muy triste, pero cuando menos lo esperaba, una voz surgio en su defensa:
--¿Que hacen?- se oyo la voz de un niño- Dejenla ya
--¿A ti que te importa tonto?- respondio uno de los brabucones
--No esta bien que molestes a una niña
--¿Que te importa?- dijo uno de los agresores al mismo tiempo que le empujaba
     Retrocedio un poco aquel niño, pero no diendose por vencido, golpeo al brabucon tan fuerte como pudo en la cara, con la lonchera de Superman que cargaba en la mano, tumbandole en el piso llorando de dolor. Acto seguido, aquel niño abusador se fue junto a sus asustados compañeros, quienes amenazaron acusarlo, mas esto no le preocupo a nuestro pequeño heroe, quien debolvio la advertencia de que si volvian a molestar a la pequeña niña, no solo golpearia a uno. Tras el intercambio de amenzas, el pequeño tomo el maltratado termo para debolverselo a la triste niña, la cual dejo de llorar, y vio asombrada a su pequeño heroe:
--Ya no llores niña- dijo aquel niño mientras le ofrecia devuelta su termo- Nunca mas te volvera a molestar alguno de esos niños
--Gracias- respondio asombrada mientras tomaba devuelta su termo, estaba ya muy abollado, incluso el hermoso dibujo de pegaso que tenia estampado estaba casi borrado por los raspones
     La niña, muy triste, estaba apunto de volver a llorar cuando al notarlo, el niño le pregunto:
--¿Por que lloras?
--Es que- respondio mientras contenia el llanto- mi mamá me compro este termo porque me gusto mucho, y ahora esta arruinado
--Eso es malo. ¡Ya se!- dijo mientras se alejaba corriendo- Esperame aqui, no tardo
     Asi lo hiso la niña, y como le aseguro aquel niño, no pasaron ni cinco minutos antes de que volviera con un termo similar:
--¡Es el mismo dibujo!- exclamo sorprendida la niña- Si, a mi no me gustan los caballos, prefiero los superheroes, asi que para reemplazar ese termo dañado, te regalare el mio
--¡¿De verdad?!- Pregunto emocionada
--Claro
     La niña lo tomo muy feliz, e inmediatamente desaparecio la tristesa de los ojos de aquella dulce niña, una gran sonrisa se pinto en su rostro al recivir tan precioso regalo, pero no solo por eso, si no porque había hecho un nuevo amigo.
--Por cierto, mi nombre es Joe, Joe Nash- dijo el niño mientras sonreia para presentarse
--Hola Joe, yo soy Jessica, Jessica Dalton- Se presento mientras limpiaba sus lagrimas