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miércoles, 26 de agosto de 2015

Amistad (Prologo)

Era una fresca mañana de otoño, las aves cantaban, y los niños de la primaria Jhon Adams en Nueva Edimburgo jugaban en el patio, o casi todos. En un rincon, sola y triste se encontraba una niña de unos 6 años, era su primer día en la primaria, y tenia mucho miedo de hablar con alguien. Un grupo de niños se le hacercan, tres niños del tercer grado se le hacercan con intencion de jugarle una broma, pues mientras la pequeña saca de su lonchera con dibujos de caballos, un sandwich preparado por su madre, aquellos brabucones toman rapidamente su termo con jugo, y comienzan a lanzarcelo entre ellos:
--¡Dejen mi termo!- grito la niña- ¡mi mamá me lo compro!
     Los niños hicieron caso omiso a los gritos de la pequeña, que rogaba le debolviesen su termo, pues si no su madre le castigaria por perderlo. Finalmente se dio cuenta que no se lo darian, y no podia hacer nada, eran tres niños mayores, y ella era solo una pequeña y triste niña, asi que se sento en el suelo a llorar, probocando risa a sus agresores. La niña lloro desconsoladamente mientras los brabucones lanzaban y pateaban su termo en el suelo, sin que nadie intentara hacer nada, pareciera que ni los maestros se interesaban en la pobre niña, que solo queria que la dejaran en paz. La niña estaba muy triste, pero cuando menos lo esperaba, una voz surgio en su defensa:
--¿Que hacen?- se oyo la voz de un niño- Dejenla ya
--¿A ti que te importa tonto?- respondio uno de los brabucones
--No esta bien que molestes a una niña
--¿Que te importa?- dijo uno de los agresores al mismo tiempo que le empujaba
     Retrocedio un poco aquel niño, pero no diendose por vencido, golpeo al brabucon tan fuerte como pudo en la cara, con la lonchera de Superman que cargaba en la mano, tumbandole en el piso llorando de dolor. Acto seguido, aquel niño abusador se fue junto a sus asustados compañeros, quienes amenazaron acusarlo, mas esto no le preocupo a nuestro pequeño heroe, quien debolvio la advertencia de que si volvian a molestar a la pequeña niña, no solo golpearia a uno. Tras el intercambio de amenzas, el pequeño tomo el maltratado termo para debolverselo a la triste niña, la cual dejo de llorar, y vio asombrada a su pequeño heroe:
--Ya no llores niña- dijo aquel niño mientras le ofrecia devuelta su termo- Nunca mas te volvera a molestar alguno de esos niños
--Gracias- respondio asombrada mientras tomaba devuelta su termo, estaba ya muy abollado, incluso el hermoso dibujo de pegaso que tenia estampado estaba casi borrado por los raspones
     La niña, muy triste, estaba apunto de volver a llorar cuando al notarlo, el niño le pregunto:
--¿Por que lloras?
--Es que- respondio mientras contenia el llanto- mi mamá me compro este termo porque me gusto mucho, y ahora esta arruinado
--Eso es malo. ¡Ya se!- dijo mientras se alejaba corriendo- Esperame aqui, no tardo
     Asi lo hiso la niña, y como le aseguro aquel niño, no pasaron ni cinco minutos antes de que volviera con un termo similar:
--¡Es el mismo dibujo!- exclamo sorprendida la niña- Si, a mi no me gustan los caballos, prefiero los superheroes, asi que para reemplazar ese termo dañado, te regalare el mio
--¡¿De verdad?!- Pregunto emocionada
--Claro
     La niña lo tomo muy feliz, e inmediatamente desaparecio la tristesa de los ojos de aquella dulce niña, una gran sonrisa se pinto en su rostro al recivir tan precioso regalo, pero no solo por eso, si no porque había hecho un nuevo amigo.
--Por cierto, mi nombre es Joe, Joe Nash- dijo el niño mientras sonreia para presentarse
--Hola Joe, yo soy Jessica, Jessica Dalton- Se presento mientras limpiaba sus lagrimas

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